Cn_LrOeWIAAkUQR

Ilustración de Gemma Martínez: el trío que protagoniza esta obra de Nothomb

Título: Tuer le père
Autor: Amèlie Nothomb
Género: Ficción Contemporánea
Fecha de su composición: 2011
Edición: 1ª Ed Traducida al español (2013)
Editorial: Anagrama (Panorama de narrativas)
Número de páginas: 136

A los catorce años, su primera decisión es abandonar la escuela. Sabe que no le sirve para nada.

El día 9 de julio de 1966 nace Amèlie Nothomb, en un pueblo de la región capital de Bruselas llamado Etterbeek. Sin embargo, debido al trabajo de su padre, la infancia de Amèlie transcurrió en diferentes puntos del mundo: China, Estados Unidos, Laos, Birmania, Bangladés y Japón. De hecho, la escritora belga se convirtió en intérprete en Tokio y domina a la perfección el idioma. Resulta curioso que desde  1992, afirma escribir tres novelas anuales, y publica «tan solo» una novela por año.

La vida de la escritora se traduce en sus obras. En la novela semi-autobiográfica Antichrista relata las dificultades que tuvo para integrarse en la universidad. Su experiencia, a la que califica de penosa, trabajando en una gran empresa en Tokio, está relatada en su obra Estupor y temblores, llevada al cine y con la que obtuvo en 1999 el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa.

En su regreso a Bélgica, publica Higiene del asesino, escrito tras la trágica muerte de su hermano. A partir de entonces, la autora vive de su pasión literaria y comienza una imparable carrera dedicada a los libros.

Matar al padre tiene como motivo principal el mundo de la magia. Norman Terence, célebre mago, se convierte en mentor del joven Joe Whip, protagonista de esta historia, a quien acoge en su casa y se convierte en su padre adoptivo. La relación entre padre e hijo se ve enturbiada por la rivalidad, sobre todo en torno a la presencia de Christina, malabarista y pareja sentimental de Norman.

Sentía curiosidad por leer a Amèlie Nothomb, a sabiendas de que las críticas no siempre son favorables, pecando de un estilo un tanto simplificado y una creación explosiva. Sin embargo, la originalidad y profundidad de su carrera novelística es conocida, y reconocida. Resulta siempre interesante ahondar en unas letras tan sentidas y amadas como el caso de la escritora belga.

Ya no tendría que trabajar de noche por los bares para pagar la habitación. Podría volver a ser un niño.

Tras una breve introducción escrita en primera persona, desde el punto de vista de la propia Amèlie, comienza a narrarse la historia de Joe Whip. Se inicia siendo de una manera que recuerda bastante al formato cuento, pero muy ágil. Este espíritu se abandona en seguida, como si con el transcurso de pocas páginas este recurso se hubiera, simplemente, esfumado.

La trama avanza muy rápido, sin detenerse en detalles pormenorizados y con un dominio prácticamente absoluto de los diálogos, muy dinámicos y con interacciones breves. Desde los primeros años del joven Joe, aspirante a mago, cuando ensayaba los trucos en su habitación, hasta que se ve obligado a crecer deprisa y ganarse la vida. La novela breve contiene muchos años en su interior y, al contrario de lo que ocurre en otro tipo de narraciones cortas, para mí esto es un lastre. Demasiado vértigo narrativo, sin que se produzca una unión real entre lector e historia. Mismo, parece, una novela de folleto. Breve, rápida y estéril.

matar-al-padre

Matar al padre es la antítesis del mandato bíblico «amarás a tu padre y a tu madre». Es un complejo título que avecina lo que ocurrirá. La inicial unión entre Joe y Norman irá resquebrajándose, pero nada tendrá que ver con una lucha entre magos. Será una guerra entre hombres por el amor de una mujer, la malabarista. En este punto, la novela se convierte en un triángulo amoroso que no existe cómo tal. Y digo que no existe porque Christina, la tercera el discordia, tan solo puede ver en Joe al hijo que nunca ha tenido.

Como si aquella belleza le interpelara directamente a él, como si fuera una confidencia que se había ganado y de la que debía mostrarse digno tras haberle sido revelada.

De esta manera, el clima con el que avanza la línea argumental es torpe, por decirlo de algún modo. Atrás queda el original y vistoso telón de fondo que es el mundo de la magia, hasta ser algo casi insignificante y sin importancia. A mediados del libro, no resulta difícil olvidarnos de que Norman es uno de los mejores magos del mundo ni cuál es la verdadera razón por la que acogió a Joe en su hogar.

Por otra parte, Joe se muestra como un personaje un tanto malvado, carente de sentimientos humanos y totalmente obsesionado con su madre adoptiva. Norman ejerce un papel serio, pero poco disciplinado, sintiendo un amor fraternal por Joe que no siempre encuentra justificación. Por la contra, Christina, es una marioneta. Da la impresión de figurar en la novela únicamente como objeto de deseo femenino.

Estos son los tres personajes principales y el resto carecen de mención. Y cabe decir, a propósito de esto, que Nothomb no logra darles la profundidad y realidad que se necesita para que estos nombres impresos en las páginas tengan mayor trascendencia. Digamos pues, que la sencillez de la narrativa fluye, del mismo modo a los protagonistas. Y, por lo tanto, al espíritu general del libro.

Los jóvenes sólo conocen la inmediatez.

Creo que la escritora belga ha querido otorgar cierto desafío a ideas transgresoras que no quedan del todo marcadas ni impactan al lector. No llegan a impactar, precisamente, por la poca consistencia del argumento y de los personajes. La narración tampoco hace mella, es pobre por momentos, y baila hacia ninguna parte (o hacia ninguna sobresaliente, en mejor sentido).

Tal vez una buena idea mal explotada o mal llevada. Sin embargo, en su prolífera carrera literaria, estoy segura de que hay algo que encontrar. Volveré a ella pronto.

Valoración: Regular

Un comentario sobre “«Matar al padre», de Amèlie Nothomb

Deja un comentario