Título: Sentido giratorio (incluido en el libro Yo, robot)
Título original: Runaround (I, robot)
Autor: Isaac Asimov
Traductor: Manuel Bosch Barret
Género: Ciencia ficción
Fecha de composición: 1950
Editorial: Pocket Edahsa, edición digital de 2010.
Número de páginas: 328 páginas el volumen completo y unas 40 el relato comentado.
Esta entrada, más que ser una crítica, trata de hacer una breve introducción a la obra de ciencia ficción de Isaac Asimov y sobre todo a sus historias de robots; con el análisis de su cuento Runaround. El relato se ha traducido al castellano como El círculo vicioso (o Sentido giratorio en la versión de la colección de cuentos Yo, Robot de 1950, que yo leí primero).
Isaac Asimov nació en 1920 en Rusia y falleció a los 72 años, en 1992, en Estados Unidos, dónde estuvo nacionalizado y vivió la mayor parte de su vida, puesto que se trasladó con sus padres a ese país cuando contaba tan solo 3 años de edad y unos cinco años después obtuvo la nacionalidad.
Además de ser uno de los escritores más conocidos, considerado uno de los tres grandes de la ciencia ficción junto a Robert A. Heinlein y Arthur C. Clarke, fue profesor de Bioquímica en la Facultad de Medicina de Boston, historiador y divulgador científico. También se dedicó a la crítica y escribió alguna historia de fantasía y misterio. Aunque en gran parte de su obra de ciencia ficción están presentes elementos de esos géneros, sobre todo del género policíaco. De hecho, se le considera precursor de la ciencia ficción policíaca.
Son muchas y curiosas las anécdotas sobre este autor, muchas de las cuales él mismo explica en sus libros, tanto en los prólogos de sus novelas y recopilaciones de cuentos, como en su obras autobiográficos, que fueron tres: In memory yet green (En la memoria todavía verde, 1979), In joy still felt (En la alegría todavía sentida, 1980) y I, Asimov (publicada en castellano como Memorias en 1994) Su segunda esposa, Janet Asimov, publicó una biografía basada en los escritos del autor. Se trata de Fue una buena vida (2002) Una de estas anécdotas es que participó como asesor científico en la serie y en una de las primeras películas de Star Trek, tras escribir una crítica negativa sobre el poco rigor científico de la serie que llegó a oídos de su creador. Este le escribió quejándose de la dificultad para encontrar asesores y le ofreció participar. Por esa crítica, Asimov recibió también una airada carta de una fan de Star Treck. Esa fan era Janet y terminaron casándose. También destacar entre las numerosas vivencias curiosas de este escritor que se nombró a un asteroide en su honor en 1981.
Figura 1. Fotografía de Issac Asimov de 1965.
En su faceta de escritor de ciencia ficción, vivió tanto la época dorada del género (entre 1938 y 1950) dónde predominaban las publicaciones en revistas de pulp fiction de relatos cortos y cuentos, por los que estuvo muy influenciado; como la denominada época de plata de la ciencia ficción, donde el peso de las publicaciones recayó en las novelas y hubo cierta renovación, ganando las obras en profundidad y originalidad. Sin embargo, durante esta segunda fase se dedicó más a la divulgación, retomando su producción en ciencia ficción en los años ochenta.
Asimov fue un autor muy prolífico. Publicó, además de novelas, ensayos y libros de divulgación, cientos de cuentos en revistas, antologías y colecciones de relatos. También colaboró en muchas obras de otros escritores. Se estima que el total de libros de su autoría asciende a 429. Ganó numerosos premios literarios, entre los que destacan el Hugo y el Nébula.
Sin duda, una de sus contribuciones más importantes son las tres leyes de la robótica, como un código ético y de funcionamiento de los robots, que el autor enunció por primera vez en el relato que nos ocupa: Sentido giratorio (o Círculo vicioso) en 1942, que aparece recopilado en las colecciones Yo, robot (1950), Visiones de robot (1990) y Cuentos completos de robots (1999).
Como introducción al volumen Yo, robot (1950) aparecen las tres leyes que cito a continuación:
1.Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o segunda Ley.
Manual de Robótica 56ª Edición, año 2058
Prueba de su importancia es que 1985 se puso a la venta un volumen enciclopédico sobre robótica, el Manual de robótica industrial, y sus editores pidieron a Isaac Asimov que escribiera una introducción. El autor había empezado a escribir historias sobre robots en 1939 y había inventado el término “robótica”, que había aparecido impreso por primera vez en 1942 en la revista Asombrosa ciencia ficción. Sus robots eran sobre todo seres mecánicos, diseñados por ingenieros, por lo que, cuando décadas después y con la invención del microchip, estos robots comienzan a fabricarse se le reconoce al autor su mérito.
El primer relato o cuento de robots de Asimov data de 1940 y se titula Robbie. Es una historia sencilla y muy emotiva de una niña y su robot niñera. Robbie es un robot rudimentario que ya tiene cierto aspecto humano, pero aún no puede hablar, si bien se comunica con la niña a la que cuida mediante gestos.
En una de sus obras más conocidas: El hombre bicentenario de 1976, muestra la evolución de un robot desde el primitivismo hasta dotarlo de apariencia humana plena (y hasta de ¿humanidad?), mediante diversos avances de la técnica la que el robot se va sometiendo a lo largo de los años. Es muy importante porque trata el tema de la frontera entre lo artificial y lo humano: ¿Qué pasaría si consiguiésemos crear robots tan complejos que tuviesen conciencia individual de sí mismos y deseasen la consideración de ser humano?
Este cuento está recogido en los volúmenes Cuentos completos de robots (1999), Visiones de robot (1990) y El hombre del bicentenario (1976) y hay además una novela basada en él. Se trata de The positronic man, traducida como El hombre robot (1992) y está firmada por Isaac Asimov y Robert Silverberg. Dicen que la idea de desarrollar el relato en una novela fue de este último autor.
Uno de los robots más sofisticados que crea Asimov es R. Daneel Olivaw, quien enuncia además la Ley cero:
Un robot no hará daño a la humanidad o, por inacción, permitirá que la humanidad sufra daño
Aparece por primera vez en la novela Robots e Imperio (1985), continuación de Los robots del amanecer (1983) de la serie de los Robots y relacionada con las novelas de la Fundación, en la que el robot es un personaje muy importante que le dota de continuidad en el tiempo. R. Daneel Olivaw discurre la ley cero en una conversación con su dueño en su lecho de muerte, cuando este le dice que cada humano es como una hebra en un tejido que es la humanidad.
Tras estas leyes se ve la influencia del denominado “complejo de Frankenstein”, el temor a que las máquinas, que a lo largo de la historia ficticia de la humanidad de 10.000 años que crea Asimov en sus libros del Ciclo de Trántor (que incluye la Fundación), van ganando en capacidad de autoreflexión; se rebelen contra sus creadores. El propio Asimov alude al cuento moderno de Frankenstein en su prólogo Crónicas del robot, que es una introducción al volumen recopilatorio de relatos Visiones de robot (1990).
Figura 2. Imagen de la portada de la edición digital de Visiones de robot
Si bien las leyes se enuncian en lenguaje humano coloquial, en sus obras son una serie de instrucciones grabadas en el cerebro positrónico de cada robot que, en el caso de situaciones contradictorias, pueden llegar a dañarlo dejando al robot inservible. Durante su trayectoria como escritor Asimov juega mucho con las leyes, buscando situaciones en que entran en conflicto, lo que ya se ve en este primer relato.
Las leyes fueron también empleadas por muchos otros autores en sus obras de ficción. La obra de Asimov inspiró e influyó innumerables novelas, series de televisión y películas. Isaac Asimov incluso colaboró en algunas. Entre ellas destaco la colección Isaac Asimov Robots & Aliens (o las Novelas de Robot City, como él mismo las denominó) en la que en los ochenta y principios de los noventa, colaboraron autores como William F. Wu, Jerry Oltion o Arthur Byron Cover, entre otros. Asimov no enfrentó nunca a sus robots a la cuestión de encontrarse ante una inteligencia extraterrestre y este tema, con todas sus complicaciones, es lo más interesante de los libros de esta colección.
Qué bueno e interesante. La verdad es que la Ciencia Ficción nunca me ha atraído demasiado, salvo excepciones que han tenido mucha repercusión, mayormente a través de películas o de series; sin embargo, de un tiempo para acá cada vez me siento más tentado de adentrarme en esos universos.
¡Gracias por la entrada!
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Muchas gracias, Jesús. Me alegra que te resulte interesante. Como fanática de la ciencia ficción te animo a adentrarte en ella. Los relatos de Asimov son bastante adecuados para ello y además tiene gran cantidad de cuentos y muy variados, pero hay muchísimos autores buenos. Muchas gracias por leer y comentar.
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