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Ilustración de Gemma Martínez. Una sátira sobre los principios machistas que mueven el argumento insustancial de la obra.

Título: Los chicos del calendario 1. Enero.
Autora: Candela Ríos
Fecha de publicación: 13/6/2016
Editorial: Urano
Sello: Titania
Colección: Titania sombras
Número de páginas: 288

¿Tan fácil soy de convencer, de enamorar? O como mínimo, de encaprichar

Los chicos del calendario 1. Enero es el primero de una saga de cinco libros escrito por la propia protagonista ficticia Candela Ríos. Por mucho que he intentado informarme de dónde provenía el autor o autora real, no hay ningún nombre asociado. La saga es una copia más o menos descarada de la saga inglesa Calendar girl que ha resultado ser un éxito ante el boom de la novela erótica de baja calidad literaria. Aprovecho para mencionar que no tengo nada en contra de la lectura fácil y ligera, la propia para pasar el rato en la playa o en el autobús. No obstante, sí me muestro totalmente opuesta a los valores que se inculcan en ellas. Muchísimas personas (sobre todo adolescentes y mujeres jóvenes) no aficionadas a la lectura se devoraron los famosos libros de E.L. James debido a su temática erótica que no escondía otra cosa más allá de 50 sombras oscuras, liberadas –o como quieran llamarle– plagadas de machismo, malos tratos y sumisión comparados con amor.

Pues bien, con Los chicos del calendario ocurre algo semejante. Lo leí porque me lo recomendó un comercial de la librería donde trabajo y me llamó la atención lo de la protagonista ficticia con redes sociales y vídeos en youtube. Según la sinopsis, Candela Ríos es una joven a la que su novio deja por Instagram publicando una fotografía. Podría ser algo con el que muchos y muchas jóvenes se sientan identificados, las redes sociales han cambiado las relaciones humanas y tampoco me desagrada que eso se refleje en la literatura. No obstante, la primera reacción de la protagonista fue hablar de lo malos que son todos los hombres del país, que ninguno vale la pena y que son malos en la cama (sobretodo recalcando esta última característica). Pues bien, la amiga de Candela la graba y sube el vídeo a Youtube y este acaba teniendo muchísimas visitas.

Me gusta el título, doce meses, doce ciudades, doce chicos… y la posibilidad de descubrir quién soy realmente

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Candela Ríos trabaja para una revista escribiendo horóscopos aunque tampoco está muy claro cual es su función allí; las descripciones sobre la psicología de los personajes brillan por su ausencia. Cuando el jefe de la revista ve el famoso vídeo donde pone a todos los hombres de España a caer de un burro, le propone comprobarlo y que pase cada mes del año con una serie de candidatos de diferentes partes del país y que después de ese mes escriba un artículo sobre su experiencia. Debiendo convivir con ese hombre y acompañarlo a todas partes, como no, su jefe que de repente resulta ser un personaje súper atractivo y sentirse atraído por Candela, a pesar de que ella lleva años y años trabajando en esa empresa pone como requisito ser el chico de enero y claro, que no diga que no, que sino puede perder su trabajo porque su revista ha caído en ventas. ¿Mobbing laboral? No, eso es amor del bueno.

Vamos, que este primer libro va de Candela y su jefe teniendo relaciones sexuales durante el mes de enero. No hay citas, no hay conversaciones, no conocemos a Salvador (sí, me vino ahora el nombre de su jefe a la cabeza porque cuando un personaje te transmite tan poco cuesta recordarlo) y tampoco conocemos a Candela. Lo único que se ha salido de la línea erótica ha sido un viaje que Salvador hace a Los Ángeles en el que se enfada con ella por haber salido de fiesta sin él y durante esa semana Candela se muestra vacía, anulada y esperando el regreso de su amante, como si no tuviese vida propia. Aunque por reseñas que he visto por Internet y opiniones varias el libro está gustando, se trata de un libro que fomenta el machismo y asocia la felicidad femenina a un hombre controlador y que ofrece buen sexo descrito de una manera que llega incluso a ser vulgar, machista e incómoda para una lectora feminista como yo.

A veces de las situaciones más imprevistas suceden las cosas más maravillosas

No voy a leer los siguientes meses, con el primero ha sido suficiente para darme cuenta de que como sigan escribiéndose y leyéndose materiales de este tipo cada vez más jóvenes acabarán cayendo en relaciones tóxicas y de sometimiento como reflejo del “amor” que inculcan esta clase de libros.

Valoración: No, por favor.

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2 comentarios sobre “«Los chicos del calendario 1. Enero», de Candela Ríos

  1. Por curiosidad sociolaboral -al trabajar con jóvenes es lo que tiene, has de estar abierto en muchos frentes- acudí a la presentación de algunas entregas más de la saga y me hacía cruces cómo sus editoras hablaban con orgullo de una saga llena de machismo envenado y mohoso. No entiendo de dónde les salía el orgullo, la alegría y demás de publicitar un pedazo de producto que somete sutilmente a su protagonista a la dependencia del hombre para conseguir la felicidad…

    Ahora, te digo también que tienen su colchoncito de seguidor@s acérrimas a tal saga. Y van a seguir. ¿Hay una alternativa a éstas lecturas? ¿Potente, fuerte y consistente y que no caiga en los topicazos? No sé.. :-/

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    1. Creo que hay pocas alternativas coherentes y de calidad. La literatura «juvenil» es complicada, y tampoco creo que exista una preocupación real porque sea nutritiva, más allá de un entretenimiento ridículo que inculca pésimos valores morales.

      Gracias por pasarte por aquí, Xavi.

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